Autor: © maxroje/Foto tomada de Internet
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Hóllame
por detrás. Y me das despacio.
Su expresión emuló
una súplica exhalada dentro de aquella penumbrosa habitación. Los ojos forzados
a un insólito cierre mostraron al cuerpo complacido, al mismo tiempo en que los
labios se mordieron. El miembro viril, erguido como si fuese
Un goce casi
divino advirtió la llegada de un líquido rucio que pretendió florecer dentro.
Solo que el lugar no sería el indicado para alcanzar esa aspiración.
Un minuto de
silencio separó sus cuerpos trepidantes. El sujeto activo se dejó llevar por la
usanza para entregarse a otro de sus gustos inmediatos. Aquel cigarro encendido lo posibilitó. Y mientras
fumaba parecía contemplar un filme erótico, pues las pupilas calmadas lo vieron
masturbarse para culminar su sesión.
Esperó. Hasta que
vio venir su sustancia.
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Lo
eres- afirmó sereno.
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No,
¡qué va! Tengo mi relación, y una niña que criar.
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Pues,
entonces pregúntate que ha sido esto.
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