Foto: Amílcar Moretti/ Tomada de Internet
Interpreta el piano una melodía traviesa.
Cierro los ojos y mi corazón te sueña.
En la oscuridad mis labios te besan,
mientras mi piel de tu olor se adueña.
En el día eres mi deseo inesperado,
como una carta que el destino escribe.
Llegas cuando añoro estar a tu lado
y es mi cama la que tu sudor recibe.
Te beso toda, en tu cuerpo contemplo
las curvas de las que Dios se encapricha.
Ya no voy a misa porque eres mi templo,
si en el roce de tus senos hallo la dicha.
Mi sexo al tocarte te lleva al destemplo,
pues no provocarte sería una desdicha.
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