Te escribiré un
poema
cuyo nombre solo
tú conoces.
Cierro los ojos,
y un olor
a rosas descubre
tu rostro.
El agua seduce a
mis manos,
yo quiero
tomarla.
Y es pasión,
y es delirio,
y es deseo de
quedarme contigo.
Cuando no estás,
se desespera el
alma.
Se le escucha
llorar, y
solo en tu voz
encuentra la calma.
La cama siente tu
ausencia,
mi sofá, mi
cocina se quejan también.
Cuando tú estás
la vida
me devuelve un
arcoíris.
Todo es fiesta y
armonía por dentro.
Si te regaño no
es porque lo siento
y es que te
quiero en mí:
como se necesita
al aire
en todo momento.
A tu lado
descubrí la luz.
Vivo tristezas y
mil alegrías.
Tú me regalaste
la luna en el día,
tú me llevaste en
el pensamiento.
Este corazón
mientras late
no se olvida,
prefiere besarte
y en el sueño traerte.
Lo más preciado
en mí ha sido tenerte.
Porque eres tú el
eterno amor de mi vida.
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